No queremos que nos pase nunca, pero alguna vez, irremediablemente, a lo largo de su vida útil se nos va a encender un testigo del coche. Una alerta de que algo no marcha como debería. Un temor para todos los conductores, aunque hay que saber identificar qué señales corren más prisa que otras, y qué nos está queriendo decir el sistema con sus señalizaciones luminosas. Vamos a conocerlas.
Cuando giramos la llave del contacto, o cuando pulsamos el botón de arranque, muchas luces se iluminan en el cuadro de instrumentos. Diversos testigos que, si todo va bien, deben apagarse a los pocos segundos. Sin embargo, es posible que alguno de ellos se quede fijo o que se encienda cuando ya hemos emprendido la marcha. Es entonces cuando tenemos que darnos cuenta de que algo no funciona bien.
Para facilitar la identificación de las alertas, los fabricantes de automóviles emplean tres colores diferentes: verde, naranja y rojo. Como si de un semáforo se tratase, los diferentes colores nos permiten saber la gravedad del problema. Si un testigo del coche es de color verde no hay nada de qué preocuparse. Se emplea exclusivamente en elementos que cuando están en funcionamiento deben alertar al conductor de que están trabajando, como las luces.
El color naranja ya empieza a significar cierta alerta. El ESP, la presión de los neumáticos, el nivel de combustible, el ABS o los frenos emplean esta tonalidad para indicarnos que hay un problema leve. Se emplea el naranja para que el conductor se percate de que, si bien puede continuar la marcha, se debe proceder a una revisión porque hay una avería o algún elemento está cerca de tener un problema de mayor gravedad.
De ahí saltamos a la máxima alerta, al color rojo. Cuando un testigo del coche se enciende en rojo y permanece fijo es que el problema es serio. Tan serio que debemos acudir inmediatamente a un taller, porque de lo contrario podremos tener un fallo en la seguridad o un problema mucho mayor si continuamos la marcha. Se aplica a diferentes componentes como: frenos, freno de mano, aceite, fallo de motor, temperatura excesiva, alternador, airbag, cinturón de seguridad y más.
Esta es una de las dudas más recurrentes cuando se enciende un testigo, averiguar a qué corresponde y qué problemas pueden repercutirse. Para facilitar la lectura y comprensión, los fabricantes emplean siempre los mismos pictogramas. Señales claras que nos indican dónde está el fallo. Conozcamos los más habituales y los más delicados:
Estos son los testigos del coche más importantes que hay, aunque no son los únicos. Lo importante es saber reconocer el grado de peligro o avería que nos están queriendo indicar. De verde a rojo, los pictogramas de nuestro cuadro de instrumentos están ahí para ahorrarnos quebraderos de cabeza y problemas más graves. Así que ya sabes, hazles caso.
Y por supuesto ante cualquier duda o problema que te surja en tu vehículo, no dudes en llevarlo a tu taller First Stop más cercano para que lo revisen. ¡Te esperamos!
¿Quieres saber más? Volver a todos los consejos sobre neumáticos