Como regla general, se sugiere revisar y mantener el sistema de frenado al menos una vez al año o cada 20,000 a 30,000 kilómetros. Esto incluye verificar el grosor de las pastillas de freno, la condición de los discos y la calidad del líquido de frenos.
El sistema de frenado de tu vehículo es uno de los componentes más críticos para tu seguridad. Los discos y el líquido de frenos se desgastan con el tiempo y el uso, lo que puede afectar negativamente su rendimiento. Un sistema de frenado en mal estado puede aumentar la distancia de frenado y comprometer tu capacidad para detener el vehículo de manera segura, especialmente en situaciones de emergencia.
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