El correcto mantenimiento del vehículo es una de las principales obligaciones de su propietario, una tarea primordial para alargar su vida útil, evitar accidentes, además de prevenir averías graves y costosas.
El líquido refrigerante, también conocido como anticongelante, es uno de los componentes esenciales del motor que debe ser revisado y puesto a punto cada cierto tiempo. Los conductores suelen confundir estos dos términos, pero conforman el mismo fluido.
El líquido refrigerante o anticongelante se encarga de absorber el exceso de calor del motor y de todos sus componentes mecánicos cuando están en funcionamiento. También, cuando el coche se ve sometido a temperaturas frías, evita que se congele. Además, el anticongelante también tiene propiedades anticorrosivas para cuidar el sistema y evitar que se acumulen sólidos y cal.
Por lo tanto, utilizar el líquido refrigerante correcto para cada vehículo es fundamental para un buen funcionamiento de la bomba y del circuito de refrigeración.
Es necesario revisarlo con frecuencia, tanto en invierno como en verano, su nivel, ya que no se puede optimizar (siempre tiene una duración exacta). El cambio se realizará cada dos años o pasados 40.000 kilómetros (lo que llegue primero), lo que permite garantizar sus propiedades en perfecto estado. Lo bueno es que no es necesario acudir al taller, sino que puedes hacerlo tú mismo.
Eso sí, también se debe revisar cada 20.000 kilómetros ya que si el anticongelante no está trabajando en sus condiciones óptimas, algo que se nota si la temperatura sube muy rápido, se tendrá que cambiar antes de la fecha prevista.
El propio manual de servicio del vehículo indica qué anticongelante se debe usar según un modelo y marca concretos. Aunque también es importante tener en cuenta la temperatura de la zona por la que el coche circulará a diario, para elegir el anticongelante adecuado y nunca mezclar dos tipos diferentes. Son cuatro las opciones, dependiendo del grado de efectividad.
Su precio en el mercado oscila entre los 4 y 15 euros, dependiendo del grado.
El anticongelante se debe cambiar siempre con el motor frío y con el coche en llano para que los niveles sean los verdaderos. Es una tarea que puede realizar cualquier conductor, aunque siempre es recomendable acudir a un taller de confianza.
Si no se siguen estos pasos, el motor podría sobrecalentarse tras formarse una burbuja de aire dentro del circuito. De esta manera, el aire tiende a ir hacia arriba y el nivel de anticongelante bajar, provocando el sobrecalentamiento de nuestro vehículo.
Asimismo, es muy importante revisar que no haya fugas. Es una situación muy poco común ya que el circuito es hermético, pero si el vehículo deja una mancha en el suelo, se tendrá que revisar. La falta de líquido anticongelante, puede provocar una grave avería al derivar en un sobrecalentamiento mecánico.
Seguir estas recomendaciones te permitirá llevar un adecuado mantenimiento de tu coche y reducir el riesgo de sufrir un accidente, que aumenta por la falta de unos cuidados mínimos, además de por el desgaste del paso de los años.
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