Desde hace años la ley exige que los ocupantes de los coches vayan sujetos con el cinturón de seguridad; incluyendo los ocupantes de las plazas delanteras y traseras; tanto adultos como niños que empleen un sistema de retención infantil. Las mascotas también tienen que ir correctamente sujetas (preferiblemente en trasportín), nunca libres en el habitáculo, tal y como lo específica el artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación. ¿Quieres saber cómo debe ir montado tu perro en el coche? ¡Quédate que te lo contamos!
Respecto a la seguridad activa, las mascotas no pueden distraer al conductor. En cuanto a la seguridad pasiva, un animal suelto en el habitáculo se convierte en un proyectil si no está correctamente amarrado. Son dos buenas razones para asegurarse la sujeción del animal.
En caso de colisión las lesiones para el animal dependerán de en qué posición se encuentre en ese momento. Hay que tener en cuenta también que, en el caso de hacer una parada, el animal puede salir a su libre albedrío al abrir el maletero si no hemos tomado medidas previas.
Llevar el animal en un trasportín de perro en el maletero en sentido transversal a la marcha. En otras palabras, el animal mirará de forma natural al lado izquierdo o al derecho, no hacia delante ni hacia atrás. Esta posición es la más segura para él, ya que en caso de colisión el impacto estará más repartido en su cuerpo, reduciendo el riesgo de lesiones. Eso sí, el trasportín de perro tiene que estar ceñido a las plazas traseras, y el animal tiene que poder respirar bien y ver la luz. Si hay una cortinilla enrollable o una tapa flexible para el maletero, esta tendrá que ser retirada.
Si no va a viajar nadie en las plazas traseras y el animal va a ir con su trasportín en el maletero, como medida de seguridad adicional se pueden dejar los cinturones de seguridad abrochados en las plazas vacías. De esta forma los cinturones harán de barrera adicional en el caso indeseable de que el enganche de la banqueta (ya sea de una pieza o partida en varias) ceda ante un esfuerzo de cientos de kilos, el producido por un perro de talla mediana o grande en caso de una deceleración muy fuerte (por impacto, no por frenada).
La combinación de rejilla y trasportín en el maletero es aún más segura. Téngase en cuenta que un perro de 22 kg, en una colisión a 50 km/h, pesaría un equivalente a 700 kg.
En el caso de que hablemos de más de un perro de talla mediana o grande, o de que se necesite el maletero para cualquier otro uso, el trasportín no podrá utilizarse. No obstante, no hay que descartar el uso de un remolque ligero para el transporte de los perros, especialmente cuando se trata de razas grandes. El enganche para el remolque tiene que estar homologado y constar en la ficha técnica, y se deben respetar las limitaciones inherentes a la circulación con remolque, como la velocidad máxima.
En cualquier caso, ya se use un trasportín o cualquier otro sistema, es recomendable parar cada dos horas para que el animal estire las patas, haga sus necesidades, pueda beber y descanse del viaje. Y en esos descansos las obligaciones de llevar al animal atado y/o con bozal son exactamente las mismas de siempre.
Por último, no hay que olvidar que no se debe dejar a un animal encerrado en un coche, ni siquiera “solo unos minutos”, ya que la temperatura en el habitáculo puede subir rápidamente por la incidencia solar y los perros no tienen un método eficaz para refrigerarse, como lo es la sudoración.
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