Muchas veces hablamos de neumáticos, de tipos de neumáticos, tamaños, dibujos y presiones. Sin embargo, todavía no hemos hablado de los neumáticos runflat. Se trata de una especie aparte que presenta algunas ventajas y algunos inconvenientes. Vamos a conocer más en profundidad los neumáticos runflat.
A la hora de comprar unos neumáticos para nuestro coche, en el mercado existen diferentes soluciones. Hay compuestos de verano, de invierno o de todo tiempo. El desarrollo ha permitido la creación de compuestos cada vez más duraderos. Tecnologías modernas que nos permiten no solo alargar la vida de nuestros neumáticos, también para hacerlos más seguros en casos de peligro exponencial.
Un neumático runflat es el culmen de la innovación de compuestos. Generalmente también se los conoce como neumáticos antipinchazos. Cuentan con un diseño específico que permite seguir circulando incluso cuando hemos pinchado. Hasta 150 kilómetros a una velocidad máxima de 80 Km/h, dependiendo del tipo de neumático. ¿Cómo es posible?
Gracias al empleo de materiales más duros en la estructura del neumático, principalmente en el flanco del neumático. Cuando una rueda pincha el borde reforzado soporta el peso del vehículo, permitiendo seguir circulando bajo las circunstancias ya mencionadas. Gracias a ello evitamos el quedarnos tirados en medio de la carretera, incrementando la seguridad de los ocupantes y del resto de conductores.
Cada vez está más extendido su uso, y principalmente se emplean en modelos de altas prestaciones. Solo es aconsejable montar este tipo de compuestos en aquellos vehículos que vengan con ellos de fábrica o que al menos tengan la posibilidad de incluirlos como opción. Son algo sensibles en ciertos aspectos y requieren de unas condiciones especiales, aunque gracias a esta tecnología no se necesitan llantas especiales. No como en sistemas similares.
Como todo, los neumáticos runflat tienen una serie de ventajas e inconvenientes que debemos saber, pues no todo iba a ser bonito.
Los neumáticos runflat son una solución ideal para mejorar las condiciones de seguridad en la carretera. Llevan empleándose desde la década de los 80 y cada vez son mejores. Sí que es cierto que son algo delicados en algunos aspectos, pero en líneas generales sus ventajas son superiores a sus inconvenientes.
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